~Hoy, 15 de marzo de 2011, te echo de menos. Me gustaría escribirte una carta la cual pudieras leer y responderme. A día de hoy, eso es totalmente imposible.
~Siento que no te di todo lo que pude, no te di todo lo que estaba de mi mano, no pude hacerte ver todo lo que me importabas. Las lamentaciones ahora no sirven.
~Quiero poder despedirme de ti, quiero que vuelvas, tenerte a mi lado por siempre, que formes parte de mi vida por siempre.
~Lo siento. Lo siento por no quererte todo lo que te merecías. Siento no poder llamarte, no poder preocuparme por ti, siento tantas cosas y a la vez no siento nada. Siento por ti y no siento por el mundo.
~Eras una parte de mi vida. Entraste en mi vida sin mi permiso y te has ido sin él. Quiero una segunda oportunidad, te quiero a ti y te quiero conmigo. Quiero ser egoísta, pero que estés a mi lado.
~Una enfermedad te llevó, nos llevó a las dos, porque una parte de mi ya no está y nunca volverá.
~Vivo por vivir desde que tú no estás, todo es tan diferente...
Ya no es lo mismo ir a casa. Llego y no te veo, no te huelo, no te siento. Sí, te echo de menos. Recuerdo el día que te fuiste como si hubiera sido ayer. Un 3 de noviembre te fuiste para no volver. Un 3 de noviembre mi vida cambió y nunca volverá a ser la misma. Quiero ser fuerte por ti, por las dos. Ojalá pudiera transmitirte de algún modo lo que me importaste. Quiero verte, abrazarte, quererte. Ahora solo me queda seguir adelante, y lo haré, te prometo que lo haré.
Abuela, te quiero.
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