Vistas de página en total

martes, 8 de noviembre de 2011

Tiempo.

...Y ahí estaba ella, sentada en ese sillón del cual era imposible despegarla.

Pasaban los días y nada le importaba, era como si no existiera. La gente pasaba a su alrededor, pero ella ni se inmutaba. Podía pasarse horas y horas delante de la ''caja tonta'', y ni siquiera enterarse a quién o qué estaba viendo, pero al menos parecía feliz. Era la vuelta a la infancia, una infancia llena de heridas y de cicatrices sin cerrar. La época de la desesperación, de no saber quién era. Confusiones...

Qué extraño tenía que ser estar en su piel. Mirando cómo pasan los días, las horas y pensar que nada ha pasado cuando ya todo ha ocurrido. Una y otra vez lo mismo. No se cansa. ¿Es eso vida? Quizás sí, pero el hecho de que el corazón bombee no significa que una persona esté viva en todos los sentidos.

No supimos cómo lidiar con el dolor. Verla cada mañana, ver cómo los días para ella pasaban hacía detrás en vez de hacía delante. Pero... ¿qué se podía hacer si ni ella misma lo sabía? Los días pasaban y nosotros pasamos con ellos. Es por ello que el tiempo hizo mella en su tan intensa y larga vida.

La echo de menos, quiero que vuelva. Sé que no puedo pedir cosas imposibles, pero con ella es diferente. Era todo demasiado complicado y sé que ahora las cosas están mejor, eso no quita que a su lado no era feliz. El olor de su perfume, ver cómo se reía por cualquier bobería como una niña pequeña cuando le ries la gracia... No merece la pena que recuerde los malos momentos, al contrario, tengo que agradecer haber podido conocer a una persona como ella.

Quizás no me haga bien recordarla, pero me resulta tan inevitable. Ha pasado un año y tengo la sensación de que fue ayer mismo cuando cogí un avión hacía otra isla y al día siguiente tuve que volver a su lado, por desgracia no de la manera que hubiera querido.

Tiempo. Tiempo es lo que necesito ~~